Cómo funciona la domótica

Cómo funciona la domótica

Cuando hablamos de domótica nos referimos a un sistema en el cual los distintos electrodomésticos de una casa se encuentran conectados a la red para así poder comunicarse con el usuario y entre sí. De esta forma, el sistema recopila la información, la procesa y emite órdenes que automatizan distintas acciones que podemos programar o comandar.

Para qué sirve la domótica

Pues para tener una casa como la de Los Supersónicos, claro. Fuera de broma, al incorporarse nuevas tecnologías y dispositivos al equipamiento clásico de nuestras casas, la domótica permite que podamos controlar, de manera centralizada, todas las tareas que dichos artefactos realizan.

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Es decir, una vez conectada la red, los aparatos activan sus sensores, los cuales les permiten recabar información y comunicarse entre sí a través del propio sistema conformando una red de comunicación que el usuario aprovechará para o bien controlarlos de forma remota según las necesidades que tenga, o bien supervisarlos a distancia.

En una palabra, significa que con tu móvil o tableta vas a poder decirle a la lavadora a qué hora funcionar, a los robots de limpieza que hagan el aseo de la casa y al televisor que grabe tu serie favorita, por ejemplo.

Cómo funciona la domótica

El funcionamiento de la domótica es más sencillo de lo que parece. Para empezar, necesitamos que la casa tenga conexión a internet y Wifi, ya que los dispositivos que conformarán la red domótica se servirán del wifi para recibir y enviar la información que recopilen y poder compartirla en el sistema y con el usuario.

Luego, los datos se almacenan y por medio de una dirección IP específica, son transmitidos a la nube o servidor de la compañía a la que pertenece cada dispositivo y, gracias a un back-end, se garantiza el tiempo de actividad, la seguridad y la integración. Así, la interacción habitual entre el usuario y el sistema se realiza a través de una aplicación móvil o altavoces inteligentes o bien, los dispositivos pueden funcionar sin conexión, y una vez establecida, estos datos son enviados y actualizados en la nube.

Por su parte, el dispositivo es capaz de filtrar y enviar diferentes tipos de datos dependiendo de su función y de la orden comandada. Por ejemplo, podemos programar que el GPS del coche se comunique con el termostato de nuestra casa para que, al detectar que nos acercamos, aumente la temperatura y encontrarnos un ambiente tibio al llegar.

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La domótica y las casas smart

Las casas inteligentes parecen ser el futuro de la sociedad o, al menos, de quienes puedan permitírselas. Según un informe de Statista sobre la evolución de la tasa de penetración de la domótica en los hogares a nivel mundial, el porcentaje de hogares domóticos en 2025 superará el 20%.

Este avance se debe a que las casas smart ofrecen confort, seguridad y la máxima eficiencia energética, a través de cualquier dispositivo conectado a Internet. Por supuesto, además de las comodidades que esto ofrece, garantiza que el inmueble se revalorice a la hora de venderlo.

Veamos las posibilidades que la domótica brinda a una casa inteligente:

Automatización y control

Esta es, por supuesto, una de las áreas más demandadas y permite, entre otras cosas, que el usuario posea el control total y remoto así como la capacidad de programar la automatización de procesos como la apertura y cierre de iluminación, persianas, sistemas de climatización, toldos, sistema de riego, suministro de agua, gas y electrodomésticos en general.

Seguridad

Una casa smart te permite el visionado mediante cámaras de vigilancia o alarmas personales, así como las alarmas técnicas que pueden detectar incendios, fugas de gas, etc. Todo sin la necesidad de estar en el hogar. Además, es posible pedirle a la casa que nos avise mediante e-mail o con notificaciones en el Smartphone que otro usuario está en la casa o que han llegado personas extrañas.

Programación de escenarios

Se trata de una herramienta utilísima a la hora de irnos de viaje o si estamos muchas horas fuera de casa, ya que podemos definir ciertos escenarios para que nuestra casa inteligente reaccione automáticamente. Por ejemplo, que prenda y apague las luces a determinada hora, o que abra y cierre las persianas de forma tal que siempre parezca que hay alguien en casa. También se puede programar remotamente la temperatura así llegamos a una casa fresca y ventilada o con la calefacción encendida dependiendo el caso.

Ventajas y desventajas de la domótica

Entre las ventajas de la domótica podemos destacar:

  • Una mejora de la calidad de vida,
  • la reducción del tiempo que se dedica al trabajo doméstico,
  • un mayor bienestar y seguridad,
  • ahorro y racionalización del consumo de energía: según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), al elegir de forma inteligente las tarifas horarias más baratas, los sistemas domóticos ayudan a ahorrar electricidad, combustible y agua (y dinero, claro).

Sin embargo, todas estas ventajas tienen a su vez una serie de inconvenientes. Debido a que los dispositivos manejan un gran caudal de información cruzada, la privacidad de tu hogar puede verse un tanto vulnerada y es posible que recibas anuncios y promociones de productos relacionados con la actividad de cada aparato.

Además, también nos surge la pregunta sobre dónde queda almacenada toda esa información. Así pues, ¿qué debemos tener en cuenta a la hora de adquirir uno de estos dispositivos?

Primero y principal debemos revisar las condiciones de privacidad y seguridad de cada dispositivo, poniendo atención en estos ítems:

  • Servidor: hay que comprobar si el fabricante brinda el servicio a través de la nube o mediante un servidor particular que recibe todos los datos recopilados por el dispositivo.
  • Uso de los datos: es fundamental que nos informen qué datos se compartirán con el servidor y qué uso se les dará.
  • Tipo de servicio: asimismo, el fabricante debe especificar cuáles de los servicios ofrecidos necesitan de una conexión con el exterior.
  • Seguridad: como dijimos, la conexión desde la nube puede ser un riesgo, así que debemos preguntar si los datos que van a compartirse estarán cifrados y con qué medidas de protección cuenta el fabricante.

Una forma de protegernos por nuestra cuenta es, cada cierto tiempo, restaurar el equipo al estado de fábrica para borrar todos los datos y, además, solicitar a la compañía el borrado de información.

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