En los últimos tiempos, nos sobrevuela la información sobre bombas y armamentos varios sobre la guerra entre Rusia y Ucrania. Es precisamente desde este contexto que tenemos que hablar de las bombas termobáricas, armas de destrucción masiva que han sido utilizadas no sólo por Rusia, sino por diversos países y Estados en enfrentamientos bélicos a lo largo de la historia de la humanidad.
¿Qué son las bombas termobáricas?
Las bombas termobáricas, también conocidas como bombas de vacío o bomba de combustible, son armas muy peligrosas y poderosas que están compuestas por un gas a muy alta presión y dos cargas explosivas separadas. A raíz de la detonación de estas bombas, puede ocurrir lo que se denomina una explosión de vapor en expansión por un líquido en ebullición (BLEVE).
¿Cómo funcionan las bombas termobáricas?
Las bombas termobáricas, más comúnmente conocidas como bombas de vacío, están compuestas por dos cargas explosivas separadas, no solo físicamente, sino también en funciones. La primera de las cargas propaga una nube de combustible que se mezcla con el oxígeno de la atmósfera. Luego, la segunda carga provoca una detonación en el combustible.
Después de eso, una vez que se consume el oxígeno, se produce una explosión a muy alta temperatura, creando una especie de vacío con forma de bola de fuego que es capaz de destrozar cuerpos y demoler edificios. La onda expansiva de este tipo de bombas es tal que no hay forma de enfrentarse a ellas.
Algunos de los combustibles que emplean las bombas termobáricas son el óxido de propileno y el óxido de etileno, considerados altamente tóxicos.
¿Cuál es el impacto de estas bombas?
De acuerdo a lo informado por distintos medios y ONGs encargadas de denunciar la utilización de las bombas termobáricas —actualmente prohibidas por la Convención de Ginebra—, estas bombas poseen una onda expansiva de alta temperatura y presión. Esto supone un impacto letal en los humanos que, debido a la falta de oxígeno, mueren asfixiados.
