La potencia eléctrica es la capacidad que poseen los aparatos eléctricos para realizar una cantidad de trabajo en una determinada cantidad de tiempo. Se mide a través del Watt (W), así como de sus equivalentes en múltiplos y submúltiplos: el miliwatt (mW), el megawatt (MW) y el kilowatt (kW).
En este artículo veremos los tipos de potencias que coexisten, especialmente en sistemas eléctricos que funcionan con corriente alterna y basados en el comportamiento electromagnético.
Tipos de potencias eléctricas
Potencia activa
La potencia activa es la potencia útil del sistema, la energía que se utiliza al poner a un artefacto eléctrico a realizar trabajo. Como ejemplo, es la energía visible para el consumidor, ya sea la luz de la lámpara o el calor de un convector.
Potencia Reactiva
Esta potencia es la que se consume para que podamos llegar a percibir la potencia activa. Es decir, es la potencia gastada en el motor, la bobina, la resistencia, el transformador u otras piezas que conforman el circuito de trabajo. Estas constituyen una carga al consumir potencia y esto determinará la eficiencia del trabajo del producto.
Dicha eficiencia puede medirse mediante un factor de potencia, determinando que al tener mayor potencia reactiva, más bajo es este factor y mayor consumo de potencia reactiva tienen las piezas, por lo que su eficiencia de trabajo será menor, y podrá provocar a largo plazo deterioros en el sistema eléctrico.
Potencia aparente
La potencia aparente se calcula como la raíz cuadrada de la suma entre la potencia reactiva y activa, elevados ambos valores al cuadrado. Es una manera eficiente para calcular aproximadamente la potencia real de un sistema eléctrico de trabajo.