En este artículo veremos las partes de un reloj de arena, su uso y qué tan preciso es como herramienta para medir el tiempo.
Qué es un reloj de arena
Los relojes de arena son instrumentos de medición de un tiempo predeterminado al momento de su elaboración. Es de tipo metálico, ya que se acciona por una acción mecánica, en este caso la fuerza de la persona que lo accione.
Cómo funciona un reloj de arena
El funcionamiento de un reloj de arena es sencillo. Se tiene que girar de manera que toda la arena quede completamente depositada en uno de los receptáculos, es decir, en posición vertical.
Desde el momento que se desee empezar a contar el tiempo, se debe girar el reloj para permitir la caída de arena hacia el otro receptáculo. Al finalizar este pase, el tiempo ha finalizado.
Partes de un reloj de arena
- Receptáculos: Pueden ser de vidrio, de plástico, de acrílico u otro material resistente y transparente. Están conectados entre sí y son los que almacenan la arena para su pase de uno al otro.
- Arena: Es la sustancia en movimiento entre los receptáculos, según para que lado se accione el reloj. También puede sustituirse por polvo de mármol o cáscara de huevo en polvo.
- Soporte: Es la estructura que sostiene los receptáculos y puede ser de madera, plástico, metal u otro tipo de material.
Precisión y uso del reloj de arena
La precisión de este tipo de relojes era lo suficientemente fiable en sus tiempos para usarse en embarcaciones de todo tipo, ya que para medir el tiempo entre un destino y el otro, era el instrumento que menos se alteraba con la navegación.
Actualmente, con la llegada de tecnologías para contabilizar, medir o registrar un periodo de tiempo, el uso de este tipo de relojes ha quedado relegado a contextos domésticos, en ambientes educativos dentro de actividades que necesiten contabilizar el tiempo y como parte de juegos de mesa populares, entre otros.
Los modelos que se elaboraban y elaboran dependen del tiempo que se necesite medir, pudiendo haber de un minuto, de cinco, de diez o de una hora.
