¿Conoces todo el proceso que implica el sistema respiratorio?

El aparato o sistema respiratorio es, sin lugar a dudas, uno de los elementos imprescindibles para que podamos vivir. La función básica de este sistema es lograr llevar el oxígeno del aire a la sangre y, en el proceso, eliminar anhídrido carbónico (CO₂) al aire. Este proceso, que parece muy simple, en realidad es complejo y fascinante, y se suele generar en el interior de los pulmones.

¿Cómo es el proceso que se desarrolla en el sistema respiratorio?

La respiración es, en palabras muy sencillas, ese intercambio que ocurre entre el oxígeno y dióxido de carbono. Sin lugar a dudas, el sistema respiratorio, además de vital para nuestra supervivencia, es fascinante. 

A continuación vamos a indagar un poco más en este, y así, determinar cuáles son las partes que lo conforman. 

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El sistema respiratorio está compuesto de cinco elementos fundamentales, como es el caso de la nariz, la garganta, la boca, la tráquea y, por supuesto, los pulmones. El aire entra en nuestro sistema a través de la nariz, o bien de la boca, y posteriormente, se calienta y humidifica, para facilitar su paso hacia las demás partes del sistema respiratorio. 

Para lograr el objetivo anterior, tanto la boca como la cavidad nasal se unen, en lo que se conoce como garganta o faringe. Esta parte del cuerpo, además de formar parte del sistema respiratorio, también forma parte esencial del sistema digestivo. La faringe es muy especial, por esa doble función, porque transporta alimentos y también transporta el aire.

Luego, en la parte inferior, la faringe o garganta se divide en dos partes. Una de las partes es, justamente, para los alimentos, y la otra parte es para el aire. El cuerpo humano es tan fascinante que, el aire que entra, es cubierto con una capa muy fina, conocida como epiglotis. Esta capa es la principal responsable de proteger el aire, de tal modo que cuando hacemos la función de tragar, los líquidos y alimentos no puedan pasar a los pulmones.

Por otro lado, la laringe también forma parte del sistema respiratorio, porque se trata de un conducto completamente exclusivo que, además, tiene dos cuerdas vocales para generar sonidos. Luego, entre los componentes de este complejo sistema, nos encontramos con la tráquea, que es la encargada de que el camino del aire que ha ingresado en nuestro cuerpo, continúe por debajo de la laringe. 

Adicionalmente, la tráquea también cumple con un papel de vital importancia para nuestros pulmones, porque evita que diferentes tipos de partículas o líquidos lleguen a esta área de nuestro cuerpo. La tráquea, además, siempre está abierta, gracias a unos anillos especiales que fortalecen cada una de las áreas de las paredes. 

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Después de la tráquea, pero antes de llegar a los pulmones, están los bronquios, que están ubicados en la parte inferior de la tráquea, de forma que esta se divide en dos conductos completamente diferentes: el conducto derecho y el conducto izquierdo. Los bronquios son los encargados de conectar con los pulmones, y estos, a su vez, se ramifican dentro de los pulmones. 

Cuando los bronquios se ramifican dentro de los pulmones, se crean lo que se conoce como bronquiolos, que son sacos de aire muy pequeños llamados, a su vez, alvéolos. Estos pequeños sacos de aire cumplen con una función de vital importancia, porque es donde ocurre, de forma específica, el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono.

Es importante destacar que cada persona tiene millones de alvéolos en sus pulmones y toda esta red que se genera, desde los bronquios hasta estos pequeños sacos de aire, se conoce como red o árbol bronquial. 

Pulmones: los grandes protagonistas del sistema respiratorio 

Los pulmones son, sin lugar a dudas, los órganos más importantes para el sistema respiratorio, aunque es un hecho que, sin todos los demás elementos que lo componen, simplemente no podría desarrollarse correctamente. Sin embargo, es un hecho que cuando pensamos o hablamos del sistema respiratorio, los pulmones sean los principales protagonistas. 

En este sentido, es importante destacar que los pulmones son tan importantes porque, justamente, se encuentra lo que nombramos anteriormente: el árbol bronquial, indispensable para lograr el intercambio de los diferentes gases con la sangre. 

La función de los pulmones es clave para que las células del cuerpo reciban el oxígeno que necesitan. Gracias a estos órganos, en conjunto con el resto de los elementos que conforman el sistema respiratorio, el cuerpo tiene la capacidad de que el oxígeno que está presente en el aire, logre entrar al cuerpo, y cuando exhalamos, se deshace del dióxido de carbono. 

En muy pocos segundos y tras la inhalación, el aire llena una parte importante de los millones de alvéolos que cada persona tiene. Es importante destacar que este proceso es conocido como difusión, que es cuando pasa, posteriormente, de los alvéolos a través de los conocidos vasos sanguíneos y al torrente sanguíneo.

Cuando el oxígeno llega finalmente al torrente sanguíneo, la hemoglobina lo captura a través de cada uno de los glóbulos rojos, lo que permite que todo ese oxígeno fluya hasta el corazón y demás órganos del cuerpo. Por supuesto, para todo este proceso, también resulta esencial la acción del diafragma, además de otros elementos esenciales. 

Lo más sorprendente de todo este proceso, tan fascinante y complejo, es que se desarrolla en muy pocos segundos. Nuestro cuerpo funciona como un perfecto reloj, donde todas las piezas quedan engranadas a la perfección y cumplen con sus funciones de forma precisa. Sin lugar a dudas, el sistema respiratorio es un buen ejemplo de la máquina perfecta que es nuestro cuerpo, y la importancia de cuidarlo para que siempre sea tan efectivo, a pesar del paso del tiempo.

Por supuesto, lo anterior es un resumen muy simple sobre cómo funciona nuestro sistema respiratorio, pero es un proceso en el que se deben considerar muchas otras variables. Pese a ello, como comentamos anteriormente, se trata de un proceso fascinante, por la complejidad del mismo, también, por la rapidez con la que se desarrolla, porque todo lo anterior, y mucho más, pasa en cuestión de segundos. 

Fuentes:

 

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