Los astrofísicos llaman así al cuarto componente del universo que se distingue de la materia común o “bariónica”, de los neutrinos y de la llamada energía oscura. No debe confundirse la materia oscura, cuyo nombre proviene de su invisibilidad provocada por la nula interacción o emisión de señales o radiación electromagnéticas, con la antimateria.
La materia oscura es uno de los grandes enigmas de la física de partículas y la cosmología modernas, puesto que se desconoce su composición, aunque se supone que podría tratarse de neutrinos pesados o partículas elementales como los WIMPS o los axiones. Sin embargo, dados los efectos que su gravedad ejerce sobre otros objetos astronómicos, se calcula que ocupa un 25% de la masa total del universo. De hecho, su acción gravitatoria fue estudiada en 1933 por Fritz Zwicky, quien fuera el primero en notar que la velocidad orbital de los cúmulos de galaxias se veía afectada por una “masa no visible”.
Importancia de la materia oscura
La materia oscura es fundamental para entender cómo se formó el cosmos según la teoría del Big Bang y para comprender la forma en que se comportan los cuerpos celestes.
Si bien dijimos que se estima que la materia oscura compone un 25% del total del universo, los cálculos actuales demuestran que hay mucha más materia en el universo que aquella que puede observarse “a simple vista”. Esto suele notarse sobre todo en el comportamiento de las galaxias, tal y como decía Zwicky; el cual, pese a ser predicho, puede verse modificado por la acción gravitacional que ejerce la materia no visible sobre aquella observable.
Antimateria
Hemos dicho más arriba que no debe confundirse este término con el de materia oscura. La antimateria es una especie de materia común pero cuyas partículas fundamentales tienen un signo eléctrico opuesto. Es decir que, por ejemplo, en lugar de electrones, tiene anti-electrones, los cuales, en vez de carga negativa, tienen carga positiva.
Esta oposición entre las cargas de la materia común y la antimateria hace que la última tenga una existencia inestable y que, de hecho, se destruya en contacto con la materia. Esto hace que la antimateria no pueda agruparse en átomos ni en moléculas observables. De hecho, la única forma de obtener antimateria de manera artificial es mediante un acelerador de partículas, pero el proceso para lograrlo es costoso y muy complejo.
Como curiosidad, podemos citar la trama de la novela Ángeles y Demonios, de Dan Brown (precuela de El Código Da Vinci), la cual gira en torno a la obtención de una enorme partícula de antimateria por parte del CERN: el Consejo u Organización Europea para la Investigación Nuclear y las terribles implicancias de su robo por una organización terrorista.
Energía oscura
Se trata de una forma de energía, la cual se halla presente en todo el espacio y contribuye a la aceleración de la expansión del universo gracias a la presión repulsiva que ejerce. Se trata, a su vez, de una energía homogénea y que no tiene interacción con otras fuerzas fundamentales del cosmos y de allí proviene su denominación de “oscura”.
Según los estudios actuales, aproximadamente el 68% de la energía-materia del universo es energía oscura. Aunque debemos aclarar que ésta tampoco tiene nada que ver con la materia oscura.
