La descomposición se trata de un proceso biológico común en el cual el cuerpo de un organismo se reduce a formas simples de materia y es esencial para regenerar la materia finita de los biomas.
Existen dos tipos de descomposición: la abiótica y la biótica o biodegradación. La descomposición abiótica es realizada por un proceso físico o químico como la hidrolisis, mientras que la biótica es producida por organismos vivos.
Descomposición humana
Existen cinco estados en este proceso: fresco, hinchado, de putrefacción activa, de putrefacción avanzada y seco o de restos.
Estado de descomposición: Fresco
Este estado comienza apenas se detiene el corazón y la sangre deja de circular por el cuerpo, por lo cual se acumula en sectores produciendo la típica decoloración azulina del “livor mortis”. Entre las 3 y las 6 horas posteriores se produce el rigor mortis, es decir, que los tejidos musculares se ponen rígidos, pues no pueden relajarse. También aparece el algor mortis, que es el enfriamiento del cadáver.
A nivel químico, el cambio de pH provoca que las células pierdan su estructura y se liberen las enzimas que inician la decadencia de las fibras del cuerpo. Esto se denomina autolisis y si bien no tiene grandes efectos visibles, puede causar ampollas en la piel.
Los organismos aeróbicos del interior del cuerpo agotan el oxígeno restante, por lo cual proliferan los organismos anaeróbicos que parten del sistema respiratorio y el gastrointestinal que convierten los carbohidratos, lípidos y proteínas en ácidos orgánicos (ácido propanito, ácido láctico) y gases (metano, ácido sulfhídrico, amoníaco), lo que produce la putrefacción del cuerpo y conduce al estado siguiente.
Estado de descomposición: Hinchado
Los gases acumulados hacen que el cuerpo se hinche especialmente en el estómago. También producen líquidos naturales y licuan los tejidos que se transforman en espuma. La presión de estos gases empuja los líquidos que escapan por los orificios naturales del cuerpo e incluso puede romper la piel a causa de la presión. Esta purga de gases y fluidos causa el olor putrefacto. La apariencia marmórea del cuerpo en esta etapa es causada por la sulfohemoglobina.
También es posible que los insectos ingresen al organismo y comiencen a comer los tejidos haciendo que se caigan la piel y el pelo, lo que aumenta la ruptura de la piel por donde vuelve a ingresar el oxígeno que prolifera la aparición de más organismos anaeróbicos y moscas.
Estado de descomposición: Putrefacción activa
En este estado se pierde masa por la alimentación de las alimañas y la liberación de fluidos descompuestos al medioambiente, que se acumulan en torno al cuerpo y forman la isla de descomposición cadavérica. El hedor persiste junto con la licuefacción de tejidos y la desintegración. Cuando las larvas migran fuera del cadáver para pupar, se considera terminado este proceso.
Estado de descomposición: Putrefacción avanzada
Durante esta etapa, paradójicamente, se detiene la descomposición a causa de la pérdida de material cadavérico. También se pierde la actividad de los insectos. Si el cadáver está en el suelo, la isla de descomposición cadavérica se llena de vegetación muerta, la cual incrementa el carbono y los nutrientes de la tierra, como fósforo, potasio, calcio y magnesio, aunque también aumenta el nitrógeno en la zona.
Estado de descomposición: Seco o de restos
En esta etapa, los nutrientes del suelo siguen altos, por lo cual proliferan las plantas en la isla de descomposición. Del cadáver sólo quedan piel seca, cartílago y huesos que, si se exponen a los elementos, se secan y pierden color. En caso de que no queden tejidos blandos, se habla de un cuerpo esquelitizado o parcialmente esqueletizado si sólo se expone parte de los huesos.
Descomposición animal
En el caso de los animales, la descomposición es muy similar a la humana, pero presenta algunas variantes dependiendo de la estructura orgánica, composición, tamaño, etc., de cada especie así como del lugar que ocupen en la cadena alimenticia.
La autolisis y la putrefacción del cuerpo siguen las mismas etapas que en los humanos a la que le siguen el decaimiento y el secado. En las que influyen los descomponedores como las bacterias y hongos, aunque también suelen intervenir carroñeros insectos o animales que devoran el cuerpo si está accesible, incluso llegando a remover y dispersar los huesos.
Entre los insectos carroñeros destacan las moscas Sarcophagidae y Calliphoridae; del lado de los mamíferos, los más usuales son coyotes, perros, lobos, zorros, ratas y ratones y algunas aves como los buitres. Esta fauna carroñera acelera el proceso de descomposición. En cambio, si el cuerpo está cubierto por una barrera física, puede ralentizarse; la excepción son los cadáveres sumergidos que son colonizados por insectos que requieren del agua para proliferar.
Factores de descomposición
Existen una serie de factores que influyen en la forma y ritmo en que los cuerpos se desintegran. En una escala de importancia descendente encontramos:
- Temperatura
- La disposición de oxígeno
- Previo embalsamamiento
- Causa de la muerte
- Acceso de insectos
- Entierro y profundidad del entierro
- Acceso de carroñeros
- Traumatismos
- Humedad
- Lluvias
- Tamaño y peso del cuerpo
- Vestimenta
- La superficie sobre la cual yace el cuerpo
Según la ley de Casper, se determina que un cuerpo expuesto al oxigeno se descompone 2 veces más rápido que uno sumergido y 8 veces más que uno enterrado. Sin embargo, la variable más importante es el acceso de las moscas al cuerpo; en las zonas tropicales, los insectos pueden devorar un cuerpo en dos semanas y dejarlo en los huesos limpios. Además, los ácidos del suelo también pueden reducir los huesos hasta hacerlos desaparecer, tal como ocurrió con los pasajeros del Titanic.
El frío y la sequedad extremos del ambiente, por el contrario, retrasan o detienen la descomposición, puesto que no hay acción bacterial y enzimática, por lo cual el cuerpo se momifica. En el caso de las momias congeladas, el proceso de descomposición se activa al descongelarlas, mientras que las que se disecaron por calor pueden mantenerse en estado a menos que se las exponga a humedad. Tal es el caso de las momias egipcias.
Descomposición vegetal
Las plantas comienzan a descomponerse cuando pierden el agua y se libera la mayor cantidad de carbono soluble. Luego se fragmenta el material vegetal en pequeños restos que son retirados por las colonias microbianas, en plantas pequeñas, o invertebrados y hongos, en plantas grandes. Luego los microbios se ocupan de los restos de la planta que consisten en celulosa, hemicelulosa, productos microbianos y lignina.
Retardo de descomposición
Existen dos técnicas para retrasar la descomposición: el embalsamamiento y la momificación.
- Embalsamamiento: es una técnica que conserva temporalmente los cadáveres humanos o animales, aunque no frena la descomposición indefinidamente. En el caso de los humanos, los embalsamadores prestan atención a las partes visibles durante el velorio: es decir, las manos y cara del difunto, a los que se trata con químicos que repelen a los insectos y fijan las proteínas celulares para impedir las proliferación de bacterias o matándolas directamente. Este proceso puede incluso practicarse en un cuerpo descompuesto, pero la apariencia natural no será posible, salvo que se realice una reconstrucción cosmética intensa. Lo que se logra en estos casos es evitar los hedores de la putrefacción.
- Momificación: En ambientes extremadamente secos, como los desiertos, un cuerpo puede momificarse naturalmente. Incluso en bóvedas secas puede darse el caso de cuerpos que se mantengan conservados por décadas. En las ciénagas de turba suele darse el mismo caso con los cuerpos sumergidos, los cuales detienen su descomposición y se preservan momificados de manera natural como “cuerpos de pantano”.
