En este artículo veremos más de cerca la morsa o tornillo de banco, una herramienta esencial para la correcta sujeción de las piezas de trabajo.
Qué es una morsa o tornillo de banco
La morsa consiste en una herramienta robusta, cuyo tamaño puede variar según marca y modelo. Lo mismo pasa con su peso, el cual puede oscilar entre 30 y 200 kilos. Se sujeta a la mesa de trabajo donde el operario realiza sus tareas, ofreciendo mayor comodidad y seguridad en la sujeción de las piezas.
Para qué sirve una morsa
La morsa se utiliza para sujetar piezas de trabajo de cualquier material, cuando este requiere ser cortado, limado, perforado o mecanizado en alguna manera que necesite el uso de herramientas manuales. Gracias a esta herramienta, la pieza queda fija, en el ángulo que el operario considere más cómodo para trabajar, pudiendo utilizar ambas manos en su tarea, debido a la sujeción de la pieza de trabajo.
Partes de una morsa
- Mordazas: Son dos, sostienen la pieza de trabajo y evitan que ésta se deslice. Una de ellas es fija, la otra móvil. Esta última se mueve a través de un eje, el cual está enroscado en una tuerca en el interior de la boca fija.
- Manivela: También llamada husillo, es con lo que se hace el giro de forma manual para la apertura o cierre de las mordazas.
- Base de apoyo: Es la base que tiene la morsa, dando peso y estabilidad a la herramienta. Se apoya en una mesa o banco de trabajo y puede ser giratoria o fija.
Cómo funciona una morsa
El uso de una morsa es bastante sencillo. La pieza a trabajar se debe sujetar entre las mordazas, por lo que se debe girar la manivela hasta lograr una apertura en la que la pieza pueda ingresar. Una vez realizado esto, se debe volver a usar la manivela, en sentido contrario, hasta que se realice la sujeción correcta de dicha pieza.
Tipos de morsa
Según la apertura de una morsa, se establecen:
- Morsas de pie (de herrero): Son de acero forjado, de alta resistencia y se usan en casos que la pieza debe golpearse con un martillo pesado. Esto las hace ideales para trabajos en forja y herrería, pero no para trabajos de ajuste mecánico al no tener morsas que se mantengan paralelas al abrirse, ofreciendo una sujeción pobre para este uso.
- Morsas paralelas: Son los modelos más utilizados, ya que ofrecen un buen ajuste para trabajos mecánicos y mantienen sus mordazas siempre paralelas, independientemente de su apertura. Dentro de este tipo de morsas existen varios modelos.
- Morsas de banco: La base se atornilla a un banco de trabajo, se usan para la sujeción de objetos grandes y pesados. Pueden ser de base fija, de base giratoria y con yunque agregado para operaciones ligeras que involucren martillado.
- Morsas de mesa: Son más ligeras y portátiles, ya que se ajustan mediante una abrazadera en la sección inferior. Algunos modelos incluyen base giratoria y se utilizan para la sujeción de materiales más livianos.
- Morsas de caño y tubo: Son resistentes y se usan para sujeción de piezas redondas. Sus mordazas están en V para poder ubicar la pieza y bloquear su movimiento en la posición deseada. Pueder ser con dos mordazas fijas (morsas a cadena) o con una fija y otra basculante (morsas a bisagra).
- Morsas planas: Constituyen un diseño especial para poder fijarse a un torno, taladradora o banco de trabajo. La base puede ser giratoria o fija. Se usan para sujetar piezas pequeñas de metal o madera.
- Morsas combinadas: Combinan la función de morsa de caños con la de morsa de banco.
Consejos para el uso y mantenimiento de las morsas
- Al ser una herramienta compuesta por metal, debe evitarse su exposición a líquidos, agua y humedad para que no se oxide. También se deben mantener lubricadas las secciones con tornillos y atornillados.
- La morsa debe colocarse en una altura adecuada para evitar posturas incómodas del operario.
- No se deben golpear las morsas con objetos pesados, ni estas deben sujetar piezas grandes si son modelos pequeños.
- No se deben acumular virutas por la morsa, especialmente en las guías, tuercas y eje.