Corrosión

corrosión

La corrosión es un fenómeno natural que provoca la degradación de algunos materiales, especialmente los metálicos. La velocidad de este proceso depende exclusivamente de su temperatura, así como también de las propiedades de los materiales que lo componen.

En la corrosión intervienen tres elementos fundamentales: el ambiente, el agua y, por supuesto, un elemento que se corroe. A su vez también existen sustancias corrosivas que son capaces de corroer los materiales al entrar en contacto con ellos.

Publicidad de Google AdSense

Tipos de corrosión

Existen dos tipos de corrosión, dependiendo del tipo de materiales que alcanza y las reacciones que provoca: la corrosión electroquímica y la corrosión química.

Dentro del proceso de corrosión química intervienen un líquido y/o gas que corroe un material. Este proceso puede ocurrir de diversas maneras:

  • Ataque químico: Responde a reacciones químicas provocadas por solventes, capaces de disolver polímeros, entre otros materiales.
  • Ataque por metal líquido: Sucede cuando un metal sólido y otro líquido toman contacto. Este último es corroído por el primero.
  • Lixiviación selectiva: Se llama así cuando existe una corrosión selectiva en algunos elementos o aleaciones de origen metálico.

En la corrosión electroquímica ocurre que los átomos de los metales pierden algunos electrones y los convierten en iones. Esto sucede en varios procesos.

  • Por aireación superficial: También llamada Efecto Evans. Sucede en algunas superficies planas caracterizadas por estar húmedas y sucias que favorecen entornos cargados negativamente.
  • Por corrosión microbiológica: Los organismos vivos son capaces de afectar la composición química de los elementos. Un ejemplo de esto es la corrosión por hongos y bacterias.
  • Por corrosión galvánica: Sucede cuando dos metales diferentes interactúan. Uno de los metales se transforma en un cátodo y el otro en un ánodo, reaccionando en lo que se conoce como pila galvánica.

¿Qué problemas trae la corrosión?

La corrosión es muy peligrosa ya que puede inferir en varios daños irreparables o complejos de reparar. Algunos ejemplos son:

  • Daños en computadoras utilizadas para el control y manejo de procesos importantes como plantas de energía, fábricas e instalaciones varias.
  • Desgastes estructurales en edificios, puentes y monumentos, entre otros. Como ejemplo de esto, podemos encontrar el color verde de la Estatua de la Libertad, en Nueva York (EE.UU.), que adquiere este tono por encontrarse rodeada de la humedad provista por el aire libre y por el río Hudson, que va afectando su recubrimiento metálico.
  • Pequeños electrodomésticos corroídos.
  • Averías en diversos vehículos como autos, trenes, aviones y barcos, sobre todo en su parte eléctrica y electrónica.
  • Corrosión en latas de conservas, haciéndolas peligrosas para su consumo.

Publicidad de Google AdSense

¿Cómo se evita la corrosión?

La corrosión es una problemática importante en diversas industrias, por lo que se crean diferentes mecanismos que buscan evitar o retrasar los procesos de corrosión en metales. Algunos de estos intentos son:

  • Elección de materiales: Una solución simple es escoger otros materiales para cumplir la misma función. Esto incluye pensar para qué necesitamos este material y analizar las propiedades de éste, si soporta mejor la intemperie o no, por ejemplo.
  • Inhibidores de corrosión: Hay distintos preparados y sustancias químicas que buscan retrasar lo más posible la acción corrosiva en los materiales.
  • Recubrimientos adecuados: Algunos metales cuentan con un recubrimiento plástico, entre otras opciones, a modo de aislamiento para poder mitigar la corrosión y realentar el proceso lo más posible.
  • Aleaciones: Algunos metales, si se unen o mezclan con otros, presentan propiedades aumentadas. Esto ayuda en el caso de la lucha contra la corrosión, para que las aleaciones metálicas, por ejemplo compuestas por zinc, presenten una mayor resistencia.

¿Corrosión es lo mismo que oxidación?

La corrosión y la oxidación afectan a los metales provocando una alteración en sus propiedades de resistencia y dureza. La oxidación ocurre cuando un metal es expuesto al oxígeno debilitando sus propiedades, pero su proceso siguiente es la corrosión. Si bien no son lo mismo, lo cierto es que uno lleva al otro.

Estos procesos, tanto la oxidación como la corrosión, pueden evitarse o realentarse fortaleciendo los materiales metálicos, y, en lo posible, logrando que se encuentren expuestos al clima, la humedad y el agua lo menos posible.

  • Te sirvió nuestro artículo?
  • SINo

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *